Capítulo 54.
POV Valeria.
La mañana después de la boda de Cintia y Adrien, la casa se despertó bañada por una calma extraña, cálida, agradable. El sol entraba por las ventanas del comedor iluminando la mesa donde Ana y yo habíamos dispuesto el desayuno. El aroma del café recién colado se mezclaba con el de los panecillos calientes y las frutas frescas.
Vanessa bajó corriendo las escaleras, con su vestido de flores y el cabello aún alborotado por el sueño. Se lanzó directamente a los brazos de Armando, que la levantó con facilidad, haciéndola reír a carcajadas.
—¡Papá! —gritó la niña, plantándole un beso en la mejilla. Luego me miró y sonrió con toda la inocencia del mundo—. Me das el desayuno.
Mi corazón se apretó, Armando me miró sonriendo y comenzó a darle la papilla con calma, la imagen era hermosa, lo mejor que pude ver esa mañana.
El desayuno fue un festival de sonrisas. Vanessa hablaba sin parar, contándonos que quería un pony, que soñaba con tener un perro y que cuando fuera grande iba a ma