Capítulo 122.
POV Valeria.
Creí que nada podía sorprenderme después de la boda. Había soñado con cada instante de ese día y, aun así, Armando había conseguido que fuera más perfecto de lo que imaginé. Pero no sabía que guardaba una sorpresa más, una que cambiaría el ritmo frenético de los días por un espacio donde solo existíamos él y yo.
—Empaca algo ligero —me dijo en la mañana, con esa sonrisa misteriosa que siempre me intriga.
—¿Ligero como para el campo o como para la playa? —pregunté, arqueando una ceja.
—Confía en mí —respondió, y con un beso me cerró los labios antes de poder insistir.
El viaje fue corto, apenas un par de horas en coche. La carretera se abría entre paisajes cada vez más verdes hasta que, de pronto, apareció el horizonte azul del mar. Sentí que mi corazón dio un salto, como el de una niña al ver su primera sorpresa.
—¿La playa? —susurré, con los ojos brillantes.
Armando asintió, y la brisa marina entró por la ventana, despeinando mis cabellos.
La cabaña estaba escondida entr