Thor alzó una ceja, captando la indirecta, pero antes de poder responder, Celina le dio un suave codazo, como quien lo apura para hablar.
—Eh… sí, claro. Va a ser… eh… maravilloso —respondió con una sonrisa divertida.
Angélica y Raúl rieron ante la espontaneidad de la pareja. Entonces Thor se inclinó discretamente hacia Celina y le susurró al oído, con voz grave y maliciosa:
—Será aún más divertido cuando estemos en el jacuzzi… Tú, yo, el agua caliente… Al fin y al cabo, que no puedas tener sexo ahora no significa que no podamos… divertirnos. —Su sonrisa traviesa era casi peligrosa.
Celina abrió mucho los ojos y soltó una carcajada alta y espontánea, atrayendo todas las miradas.
—¡Thor! Amor, se supone que es un paseo familiar, ¿recuerdas?
—Era un plan para dos, pero bueno, improvisaremos —contestó él, fingiendo resignación.
Celina, con ese toque atrevido que él tanto adoraba, replicó:
—Hmm… quizá más tarde recibas un “regalo” especial, si te portas bien hoy.
Thor sonrió satisfecho, m