No podía creerlo. Luigi se había ido y solo dejó una nota. Jamás pensé que me haría algo así. Consiguió lo que quería y me dejó. Tanto que me cuidé de no pasar por esta situación y, aun así, aquí estaba.
Fui a la empresa buscando respuestas y la encontré cerrada. No había nadie que pudiera darme información. Su teléfono seguía apagado. No quería pensar lo peor, pero cada hora se hacía más difícil. Ya había pasado un mes sin saber de él. Un mes entero. Esperé tanto para volverlo a ver, con la esperanza de tener una relación hermosa, y aquí estaba: abandonada, sin motivo aparente.
No podía entender qué había sucedido para que desapareciera así. ¿Será que decidió vengarse de mí de esta manera? ¿Todo lo que me dijo fue parte de un plan para seducirme y luego marcharse como si nada? ¿Cómo podía ser tan cruel? Me pidió matrimonio, por Dios. Si solo quería pasar la noche conmigo, no necesitaba inventar promesas. Podía irse mientras yo dormía y listo.
Me culpaba. Fui yo quien planeó el encuen