La noche anterior no pude dormir, pensando en el beso que Pablo me dio, posiblemente por el efecto del vino, se confundió, pero si no, si es que le gusto un poco, todo eso pensaba, le envié un mensaje a las chicas en nuestro grupo de whatsaap para ponernos de acuerdo con el almuerzo que siempre hacíamos los sábados, de inmediato me respondieron que en el mall que está al costado de mi apartamento, que hoy comeríamos comida rápida dijo Mili con el sticker de una hamburguesa y unas papas, todas de acuerdo, acordamos vernos a eso de las once de la mañana, era rutina de todos los sábados.
Sonó la puerta (de corazón esperaba que fuera Pablo, que pasó a saludar o a disculparse por lo de anoche, pensé que me diría que todo fue a causa del vino o algo así, aun no me lo creía), al abrir la puerta, el tonto de Luis, se me abalanzó a darme un beso, de inmediato lo paré, le dije que ni se le ocurriera, que cuando lo necesité no estuvo, que como era posible que había estado casi un mes en un hospital y que ni un mensaje a ver si estaba viva o muerta me había enviado, que no quería volver a verlo en lo que restaba de vida, Luis, se hincó en la sala de mi apartamento y sacó un anillo de su bolsillo y con un “cásate conmigo por favor” tomó mi mano.
De inmediato le dije que no, que si había un hombre sobre la tierra con quien no quería absolutamente nada era él que no podía creer que después de tantos años, no le importó que hubiera pasado con mi vida. –Perdóname Melina, tuve mucho trabajo estos días, no podía ausentarme, aparte sabes que le ayudo a papá en la oficina jurídica, no puede ser que seas tan injusta, vamos, casémonos, yo se que podemos ser felices, es cosa de que los dos queramos y listo.
Sentí tanta rabia, que le pedí que se marchara de mi casa, en ese momento, pude ver los ojos de odio de Luis hacia mí, pensé en cierto momento que se me iba a lanzar encima, no lo sé, pensé lo peor.
-Melina por favor, no tienes idea de lo que me estás haciendo, es solo un matrimonio nada mas decía, era tanta mi decepción al escuchar las palabras de quien por muchos años creí el hombre de mi vida que no sé si por la aparición de un hombre como Pablo o por la segunda oportunidad que Dios me había regalado, pero sentía asco de tan solo imaginarme casada con este tipo, el agradecimiento que había sentido hacia él siempre, había pasado a un segundo plano, solo pensaba que un mensaje de texto de “?como estas?”, no quita ni un minuto, solo eso pedía.
-Escúchame bien Melina Chu, te vas a arrepentir, te lo juro, yo no soy un hombre que se desprecia, no sabes de lo que soy capaz, ya verás.
Sinceramente por un momento, sentí temor a lo que pudiera hacer, por la manera en la que me miraba, pero después recordaba, que no era capaz de mover ni un dedo sin la aprobación de don Raúl, su padre, un hombre extremadamente bueno conmigo, como un padre, que ha estado ahí en los momentos más difíciles, como la muerte de mis padres, fue él quien se hizo cargo de todo lo del funeral de mis padres, él era su abogado, así que tenían una cercana relación y se veían como familia, me ha contado Raúl.
Luis me empujó y caí en el sofá, por suerte caí sobre él, sino me habría tirado hasta caer sobre el piso, él salió tirando la puerta muy fuerte.
Yo, por otra parte, me levanté, tomé mis audífonos, puse música alegre, de verdad que estaba muy feliz esa mañana por lo que había pasado con Pablo, ni Luis ni nadie me iba a amargar, me fui a hacer ejercicio, a correr un poco, hace mucho que no lo hago y además así me ayudo a mi misma a no pensar en lo que sucedió en la madrugada, corrí como una hora, estaba realmente agotada, fueron muchos días en el hospital, al regresar a casa, había un paquete frente a la puerta, abrí la puerta del apartamento, puse el paquete sobre lamesa y al abrirlo, había un ramo de rosas amarillas con una rosa roja hermosas, iguales a las que el doctor Pablo me había llevado a mi habitación, pero no había querido hablar del tema, había un paquete dentro, de una marca muy cara de joyería, (la conozco, porque cuando voy camino a la universidad, paso frente la joyería, lo que ahí se vende, no vale menos de quince mil dólares y estoy hablando de unos pendientes en oro solamente en ese precio, todo absolutamente todo lo de esa joyería, lleva diamantes incrustados) al abrir la caja, había dentro una cadena con un dije de luna, llena de diamantes y esmeraldas, algo hermoso, nunca había tenido algo así en mis manos, debajo de la cajita, había una nota que decía, “espero te guste hermosa, Pablo”, no sabía qué hacer, esa joya debería ser muy costosa, no sé qué estaba pasando, pero ya con el detalle de las flores era más que suficiente, esta cadena es mucho, no pensaba en aceptarla.
En ese momento, suena mi teléfono, una llamada de un número que no tengo registrado.
- Hola hermosa, como estás, como no me pediste mi numero, tuve yo que conseguir el tuyo, ay qué triste me siento, la mujer más hermosa del mundo, no pidió mi numero, vamos Meli, debes de tener en cuenta que soy un hombre tímido, dijo la voz más sexy del mundo del otro lado del teléfono.
-Hola doc, como está, pues yo también soy tímida y esperaba que fuera usted quien me pidiera el numero, dije sonriendo, pero ya estoy feliz al recibir esta llamada, por cierto, gracias por el regalo, está hermoso, con las rosas es más que suficiente para mi, dije sintiendo como una lagrima bajaba por mi mejilla, nunca nadie me había regalado rosas y mucho menos algo tan hermoso como una cadena así, con las roas estoy feliz, le cadena es mucho para mi, no puedo aceptártela Pablo.
Pablo debió darse cuenta de que mi voz se escuchaba entre cortada, como que iba a llorar.
– Bueno hermosa, esa era la idea, que te gustara, no quiero escucharte decir nunca mas que es algo “suficiente para ti” Meli, yo entiendo la mujer que eres, pero también déjate consentir por quien desee hacerlo y yo quiero hacerlo Vale!
Ahora, para lo que te llamaba, que tienes que hacer hoy tipo seis de la tarde, por favor, acompáñame a un lugar, si me dices que si, solo debes saber que es un poco frio, para que te pongas ropa abrigada. Te tengo que dejar, entraré a cirugía ya, espero tu respuesta, chao hermosa, besos.
Ahora sí, ya no tendría paz en todo el día, no sabía si Pablo me hablaba en serio o si se estaba burlando de mi, como un hombre así se fijaría en una mujer como yo, no tengo dinero, si soy muy educada, porque mis padres así me lo inculcaron el tiempo que estuvieron conmigo, la verdad, no soy una mujer fea, o al menos eso piensan mis compañeros de universidad, yo me veo muy normal, siempre con mi ropa de segunda mano, trato de verme bien, el cabello me lo cuido hasta donde mis posibilidades así lo puedan.
Mis amigas siempre me dicen que el estar en una relación con Luis, ha hecho que yo no valore lo que soy y que siempre soy la sombra de ese tonto.
No sabía si aceptar la invitación de Pablo a salir, estaba emocionada pero a la vez incrédula, con ese pensamiento, me metí a duchar, para alistarme e ir a almorzar con mis amigas, salgo de la ducha y una llamada de don Raúl, contesto y de inmediato me dice, -“hola Melina, como estás, necesitamos hablar, supe que Luis fue a tu casa, podemos vernos?
-Hola don Raúl , muy bien gracias y usted que tal, claro que nos podemos ver, lo que pasa es que no sé cuando, hoy no estaré en casa y mañana, estaré poniéndome al día con todo lo de la universidad, pero le prometo que en el transcurso de la semana, pasaré por su oficina para hablar, él colgó sin despedirse, supongo que Luis le contó lo que había sucedido, pero la verdad no me importaba en lo más mínimo, a esa familia la apreciaba mucho, por ser cercanos a mis padres pero no iba a permitir que me casaran con un patán como Luis, me dolió hablarle a don Raúl de esa manera, pero sinceramente, pensé que era la mejor manera para que entendiera que con Luis no quería nada mas, apare, don Raúl tampoco había ido a ver como estaba en el hospital, me dolió porque yo lo considero como un padre para mí.