EN INGLATERRA.
El día en que me fui de Inglaterra, Raúl había organizado una reunión con todos los empleados y guardas de la casa, para que no me permitieran salir sola, que me tenían que tener vigilada, me iba a quitar el auto, las tarjetas todo, porque Luis le contó que yo cuando mis hijos nacieran, me iría del país, por supuesto que Luis no le dijo que mis hijos no eran de él, es por eso que Raúl había dispuesto todo.
-Luis, no te preocupes, a Melina la llevaremos donde un médico conocido, nos importan los niños no ella, así que es posible que se muera en el parto, después de firmar los documentos del fideicomiso, ya nos podríamos deshacer de esa estúpida, tú no te preocupes, que, para criar a mis nietos, estoy yo, ellos serán igual que su abuelo.
-Si papá lo que tui digas está bien para mí, dijo Luis con tal de que no le quitaran el puesto que Raúl le había dado en las empresas.
Desde el día en que desaparecí, Raúl y Luis se volvían locos buscándome, ya habían puesto la denuncia a las autoridade