Mundo ficciónIniciar sesiónLissandro miraba su celular, enviando mensajes, recibiendo mails, una vez que terminó miró a Anna que estaba totalmente concentrada.
—¿Te falta mucho pequeña? —preguntó Lissandro, recostado en el sofá del despacho, con los brazos cruzados y esa mirada paciente que solo le dedicaba a ella.
—No, ya firmé todo —respondió Anna, levantando la vista de los papeles con una sonrisa satisfecha.
Diana llegó en ese momento con una sonrisa amplia, después de haber visto a las pequeñas vacunarse.
—Señor, me estaba buscando.—Sí —respondió Lissandro, de pie ya, poniéndose la chaqueta—. Minerva, Diana, pueden retirarse. Yo me quedaré con Anna. Las espero mañana en casa.
—Sí, señor —asintieron ambas, al







