Mundo ficciónIniciar sesiónEl sol del mediodía entraba por las ventanas del orfanato, y Isabella corría por los pasillos con un espejo en una mano y un lápiz labial en la otra.
Lucciano, apoyado en el marco de la puerta, la observaba con una sonrisa divertida.
—¿Te estás maquillando? —preguntó alzando una ceja.
—Sí… siempre lo hago —respondió ella, intentando sonar natural.
—Nooo —rió él—, nunca lo haces. Siempre decías que no tenías tiempo, y que si alguien te iba a querer debía hacerlo al natural.
—Bueno,






