Mundo de ficçãoIniciar sessãoEl salón norte estaba transformado en un paraíso. Luces cálidas colgaban del techo como estrellas, velas blancas iluminaban cada rincón y el aroma de rosas impregnaba el aire. Una suave melodía comenzó a llenar el lugar: “A Thousand Years” sonaba como un susurro eterno, envolviendo a todos en una atmósfera mágica.
Al fondo, Lissandro esperaba en el altar. Su traje negro impecable, la camisa gris contrastando con su piel, y la mirada fija en el pasillo central. Sus ojos por primera vez en mucho tiempo no mostraban rabia ni dolor: brillaban con amor puro, con la certeza de que ese instante lo había esperado toda la vida.
Las puertas se abrieron.
Anna apareció, vestida de blanco, con un corsé delicado que moldeaba su figura y una falda de gasa que caía ligera con capas como una cascada de nubes, uno







