Mundo ficciónIniciar sesiónAnna salió del despacho de Lissandro con una sonrisa.
Aún sentía su perfume pegado a la piel y el sabor de sus besos.
Quería contarle todo a Lucía, su viaje, la propuesta, la idea de escapar unos días de tanta tensión.
Caminó por el jardín con el corazón liviano hasta la casa de su amiga.
Pero al llegar algo se sintió extraño.
Golpeó la puerta varias veces.
—¿Lucía?... ¿Lu? —Nada.
Esperó. Volvió a golpear. Silencio.
Frunció el ceño.
Lucía siempre







