Al desmontar Lancelot la silla se dió cuenta que una correa estaba visiblemente cortada con una navaja. Su corazón casi se detiene en su pecho.
—Debo disculparme correctamente. Esto debe ser investigado. Alguien deliberadamente cortó la correa.
Lancelot siguió a Dionisio minutos después, no quería que las cosas terminaran así.
Sabe que es el responsable si le llega a pasar algo a su patrón. Sube las escaleras y entra sin tocar. Dionisio ya estaba sin ropa, en el baño.
— ¿Qué haces aquí? ¿Ahora entras sin tocar la puerta?
—Le quite la silla al caballo y me di cuenta de que alguien deliberadamente puso ese caballo allí. La correa estaba cortada, talvez con un cuchillo. Creo que intentaron hacerle daño.
Dionisio quedó inmóvil. Sus ojos se nublaron, como si el pasado regresara con la misma crudeza de aquella noche que lo había dejado huérfano. Se aferró al borde del lavamanos con tanta fuerza que sus nudillos se pusieron blancos.
—Ves por qué no confió en nadie? —murmuró, su voz quebrada,