Clavel abraza a Camelia y se quedan así un rato. Luego, escucha todo lo que le cuenta Gerardo sobre los hijos perdidos. Ella está al tanto de todo; a cada rato se comunica con el abogado Oliver, quien está informado sobre la investigación de búsqueda. Sin embargo, no les decía nada para no entristecer a sus padres. Ahora, al ver lo asustada que está Camelia ante la posibilidad de tener que criar a los hijos de su enemiga, la comprende.
—No te preocupes, Cami, te ayudaremos todos si eso sucede. Los niños no tienen la culpa de nada —aunque le asusta la posibilidad de que hereden los genes malvados de su madre, no lo dice. —Sabes, ahora me doy cuenta de que apenas le he dado la oportunidad a mamá y papá, a todos ustedes, de sentirme parte de su familia —Camelia la vuelve a abrazar con cariño—. Lo necesitaba, Clavel; por primera vez en mi vida soy completame