Inicio / Romance / EL CEO QUIERE VENGANZA / EXTRAÑO EL DINERO DE BLAKE
EXTRAÑO EL DINERO DE BLAKE

Llegó el esperado día de la cena de caridad, después de caminar por algunas costosas tiendas de la ciudad y probarse algunos vestidos que obviamente no compraría porque no tenía dinero, pero necesitaba por su ego ser vista en las grandes tiendas que visitaba con Blake y donde todas y cada una de las empleadas de las tiendas corrían para atenderla, sin importar lo que estuvieran haciendo, ahora la mujer había entrado a las mismas tiendas y ni una sola de las empleadas la volvieron a ver, las supuestas amigas con las que salía de compras cuando era la flamante esposa de Blake, ahora la miraban burlándose e ignorándola, no lo hacían por quedarse sin dinero, la ignoraban y la evitaban por haber mentido acerca del gran hombre que era Blake Spencer, ella jamás imaginó que con aquellas declaraciones el día de la muerte de Blake, todo el país estaría en su contra, no logró convencer a nadie y ella solamente se había sepultado en la alta sociedad.

Marla, solo deseaba que las mujeres de la alta sociedad que ella sabía perfectamente compraban sus lujosos vestidos en aquellas tiendas de afamados diseñadores, la observaran, Marla Joannes sigue teniendo el mismo estatus a pesar de ser una viuda, sin embargo, fue todo lo contrario.

Ella en algún momento había intentado subastar sus vestidos con el pretexto de que los fondos serían para alguna asociación caritativa en el extranjero, pero nadie creía esa historia, así que no pudo vender ninguno, el tipo de mujer que usaba aquellos lujosos vestidos, jamás se pondría uno ya usado y menos por una mujer como ella que lo único bueno que tenía era haberse casado con Blake Spencer, pero después de la muerte del hombre ella realmente mostró quien era, despiadada con sus empleados, altanera, miraba a todos por encima del hombro, respaldada en los millones heredados de su difunto marido.

La mujer volvió a la mansión llorando y jurándose a sí misma que cuando ella tuviera el fideicomiso de su difunto marido, nadie, absolutamente nadie la miraría de la manera en la que lo habían hecho en aquella tienda. Recuerdo cuando entraba a las tiendas, a las joyerías, perdía cualquier diamante y pagaba sin importar el precio, ahora estoy aquí muriéndome de hambre y sin poder comprarme nada, maldita sea, como te extraño Blake Spencer, extraño tu tarjeta ilimitada, esas malditas mujeres me miraron como si fuera un perro apestoso, las desgraciadas de las tiendas me ignoraron, ya no aguanto más esta situación, pero espérense, que Marla Johannes viuda de Spencer, volverá con mucho más dinero que antes y casada con un hombre atractivo y con mucho dinero y además dueña de una gran empresa como “vengeance in coming”, malditos sean todos, decía la mujer sentada en una pequeña banqueta cerca de la piscina.

Dennis, no me siento bien, imagínate, yo con un vestido que ya he usado, con las manos hechas trizas, mi cabello tiene meses que no ha pasado por un salón de belleza, que hago, como conquistaré a un nuevo millonario, dime Dennis, que haremos mientras llega el dinero de Blake, diciendo esto la mujer entró a la casa y subió a la segunda planta en donde se lanzó a la gran cama que aún estaba en la habitación principal, ahí lloró como nunca lo había hecho, no por lo que extrañaba a Blake, sino porque con él se habían ido todas aquellas cosas que siempre quiso tener desde niña.

Marla con su vestido costoso, mismo que había usado cuando estuvo casada con Blake, valía varios cientos de miles de euros, un vestido negro, ajustado a su cuerpo, con unas mangas con algunas transparencias que ocultaban las cortaduras de sus brazos, una gran escote que dejaba ver sus perfectos senos, en aquel momento lo usó con un collar de diamantes que combinaban con unos hermosos pendientes, ahora ya todo aquel lujo no existía, sus valiosas joyas las había vendido para poder sobrevivir, aunque las había subastado, el precio de compra fue muy poco, nadie deseaba ayudar a la mujer que había hablado mal de Blake Spencer.

-No sé qué hacer Dennis, tenía que haber dejado algo de dinero para rentar algún collar, mírame, me veo simple, necesito algo en mi cuello que llame la atención.

-Marla, suficiente, recuerda que cuando ibas con Blake a las cenas como estas, él te pedía que fueras muy recatada, que no llevaras ninguna joya costosa, como es para la caridad, el hombre decía que se veía mal, recuerdas que te decía que el collar que portaras esa noche tú lo debías donar a la caridad, recuerdas la ocasión en que donaste un hermoso y costoso collar, pues bien pedazo de idiota, como se te ocurre decir que hubieras rentado un collar, imagínate las mujeres adineradas comiencen a quitarse sus joyas para la caridad y tu ahí con un collar costoso que tengas que donar, de verdad que la pobreza te está haciendo cada día más imbécil Marla, ahora termina de arreglarte que no puedo tener más paciencia contigo.

-Eres un completo imbécil Dennis, un completo imbécil, dijo la mujer sin darle la razón al hombre, una joya como la que ella imaginaba, sería muy costosa, antes ella donaba uno y Blake le compraba cuatro o cinco más, pero ahora no había tal cosa.

-¿Ya pensaste en que llegaremos a la cena?

-No, teníamos que rentar un auto Dennis, eso tenía que ser una prioridad, pero ahora no tenemos ni dinero ni tiempo de hacerlo, maldita sea, nos verán como ratas, pero bueno algo haremos, déjame pensarlo dijo la mujer intentando arreglar la situación mientras que Dennis apostaba en línea el poco dinero que les quedaba.

-Maldición, maldición, gritaba el hombre como loco mirando su teléfono.

-¿Que te pasa Dennis, porqué gritas de esa manera?

-Acabo de perder los últimos cincuenta mil euros, maldición tenía una muy buena partida y aposté todo, ahora no tendremos ni para comer Marla.

-¿Qué acabas de decir?, estás loco, dijo la mujer lanzándose a golpear al hombre quien intentaba defenderse.

Con un fuerte golpe, por el estómago, Dennis hizo retroceder a la mujer quien ponía sus manos en su vientre.

-Estás loco Dennis, me acabas de volver a golpear, tú te jugaste el dinero y me golpeas a mí, eres un completo estúpido.

-Cállate ya y ve como solucionas lo del transporte, ahora más que nunca necesitamos que consigas algún millonario, decía el hombre sin quitar su mirada del teléfono celular.

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP