-Sí señorita Karolina, le prometo que todo estará hecho mañana a primera hora, la empresa que contrató Dennis parece no ser muy eficiente, que pena anoche estuvimos en un evento y salimos de casa, hasta ahora vengo a esta parte de la casa, pero usted no se preocupe, todo estará como su jefe lo indicó decía la mujer ocultando sus manos, para no ser descubierta.

-Bien, nos venos, dijo la chica marchándose hacia el auto de lujo que la esperaba.

-Russell, esa pobre gente no tiene donde caer muerta, me dio pena, la limpieza de la piscina daba miedo, los rosales no los habían podido terminar, las manos de esa mujer aun sangraban y el tipo, ese tal Dennis, seguramente salió temprano, no sé qué van a hacer, no entiendo por qué el jefe se ha ensañado tanto con esta pobre gente.

-Karo, créeme, no hay nada por qué tenerles lástima, no es una pobre gente, en un mes te darás cuenta de lo que está pasando, sé que tienes un corazón de oro y que no te gusta ver injusticias, sabes que nuestro jefe es una gran persona y que nunca lo has visto tratar a nadie como lo hace con Denis Olsen y Marla Joannes, ya lo entenderás, no me corresponde a mi contarte la historia.

-Como tú digas Russell, solo me intriga de gran manera, tú conoces al jefe mejor que yo, intenté ayudarles con lo del kiosco, pero no lo quisieron, hoy la mujer me dijo que habían salido a un evento, pero creo que estuvo trabajando toda la noche.

-Ay niña, ya te contará el jefe todo.

Cuando Dennis volvió del vivero en donde intentó vender las rosas, venía realmente furioso.

-Puedes creerlo Marla, diez euros, diez euros es lo único que me han dado por todo eso que les entregué. ¿a ti que demonios te pasa, porque estas llorando, te volviste a espinar?

-Claro que no, vino esa mujer, Karolina, la piscina debe estar limpia y llena nuevamente lo que hiciste fue una completa porquería, le dije que estuvimos en un evento anoche y que la empresa no hizo lo que le pedimos, el rosal debe estar listo para mañana y no solo este, los diez jardines deben de estar sin rosas, te imaginas no lo lograremos nunca.

La única manera es utilizar el dinero que nos adelantaron y no podré comprar mi vestido nuevo y tu no apostarás en los juegos de azar.

-Jamás, ya firmé el documento para entrar con cien mil, no puedo solamente no presentarme, igual debo pagar.

-No me interesa, prefieres perder cien mil o perder el dinero del adelanto por la venta de la mansión, es cuatro veces más lo que nos darán Dennis, llama a alguna empresa, esto debe quedar listo hoy mismo, la mujer venía a tomar fotos, dice que su jefe es algo especial, debe ser de esos millonarios que si no se hace lo que se dice no compran nada, no podemos darnos esos lujos, recuerda que aun falta mucho tiempo para el fideicomiso, imagínate como devolveremos el dinero si no cumplimos lo que firmamos en el contrato ¿pensaste en eso cuando firmaste para tu juego de azar? Preguntó Marla muy enojada.

-Ya está bien, lo pagaré con el fideicomiso, solo que no serán cien mil, sino el doble, ya sabes cómo es esto.

-Eso no es nada, los millones del fideicomiso están asegurados, no te preocupes, dijo la mujer entrando a darse una ducha mientras que Dennis se encargaba de las empresas a contratar.

-Señor, fui a la mansión, los trabajos no se habían concluido, la mujer tenía sus manos llenas de sangre, ella estuvo trabajando en el rosal seguramente. ¿puedo contratar una empresa yo para ayudarles?

-Karolina, nunca has puesto objeción a lo que te he pedido y no lo hagas ahora, mucho menos con estas personas, no sabes en lo que te estas metiendo, ten cuidado por favor, no bajes la guardia, Marla Joannes pude parecer una mujer indefensa, pero es mentirosa, manipuladora y capaz de hacer cualquier cosa por dinero, Dennis Olsen es capaz de acabar con la vida de quien sea por la misma razón, dinero.

-Sí señor, como usted ordene, contestó Karolina escuchando como su jefe colgaba la llamada.

-¿Ay jefe que tanto daño le han hecho estas personas? Se preguntó Karolina para sí misma.

Los días pasaron, Karolina no volvió a la mansión, Marla y Dennis maldecían el haber gastado el dinero pensando que la mujer iría al día siguiente, de saber que la chica no iría a hacer la inspección, ellos con sus propias manos habrían terminado con los jardines y se habrían ahorrado cientos de miles de euros aun así para tratar de ahorrar, ellos habían decidido terminar el jardín del fondo de la propiedad, antes de entrar al hermoso bosque.

Las manos de ambos estaban hechas trizas, Marla nunca había hecho trabajo como este. Dennis iba a vender flores mientras que la mujer arrancaba con sus propias manos las rosas.

El hombre con tal de no estar trabajando al sol y con las espinas haciendo trizas la piel, decía que él era mejor vendedor y negociante que Marla, ella terminaba convencida por él y se quedaba con la parte más difícil del trabajo.

-Maldita sea Dennis, no trabajaré en lo que me quede de vida, te lo juro, yo no nací para esto, por fin acabamos con el ultimo jardín, no sé qué querrá hacer esa loca en este lugar, pero necesito darme un baño de tina, extraño los productos que Blake me compraba, extraño mi piel tersa, todo, mis pijamas de seda, santo cielo Dennis te das cuenta, soy una mujer que no puede ni pagar un buen producto de baño y tú, tu no me colaboras en nada, vas a los juegos de cartas y lo único que haces es perder el poco dinero que nos llega, decía la mujer mientras se ponía algo de alcohol en las pequeñas heridas de sus brazos y manos para que no se le infectaran.

-¿No me digas que extrañas a Blake?

-No, claro que no, extraño lo que él representaba, el poder, el respeto de todos al verme, eso extraño, todos los lujos y no tenía que pedirlos, porque él siempre me daba todo.

-Ya cállate Marla, de verdad que eres patética.