El equipo médico ni siquiera vió llegar al veloz Alfa, pero no iban a quedarse ahí sin darle las atenciones a su jefe.
— Señor Gambino, nosotros podemos llevar a la doctora Romanov a urgencias, ella se ha agotado, ha hecho un excelente trabajo con este pequeño.
— No es necesario, la llevaré yo mismo, ustedes sigan atendiendo al niño.
La imponente voz del lobo no daba lugar a replicas, los médicos no tuvieron más opción que dejarlo marchar con la doctora en los brazos. Podían sentir que él no quería que nadie tocara a la cirujana.
Apenas salió, sus hermanos caminaron junto a él.
— ¿Qué fue eso, Damiano? Estás demasiado posesivo con esta humana, ella solamente lleva a tu hijo, pero no te puedes permitir tener sentimientos por ella.
Emiliano quien era más duro y directo con las palabras, no dudo en poner de vuelta a su hermano mayor en la tierra.
Pero lo que recibió fue un gruñido, lo que sea que estaba experimentando en esos momentos por la madre de su cachorro, no er