Venciendo a la Vratva.
Los rusos no tenían una idea de con quién estaban tratando, incluso su líder no midió las consecuencias.
— ¡Ataquen a los italianos, que no quede uno solo vivo, disparenles, no les vamos a regresar nada!
— !Emiliano, ataquen, rompan los huesos de todos aquí, torturenlos, que sufran y griten de dolor!
— ¿Cómo humanos? — El segundo Alfa, ni ningún lobo de la familia Gambino, no tenían permitido mostrarse en su verdadera forma, eso para proteger su identidad, el negocio y que las autoridades no los estuvieran molestando queriendo saber más sobre ellos.
— ¡Si, como lobos, los rusos son demasiados, nos van a cocer a tiros, rápido, da la órden!
El segundo Alfa era quien se encargaba de entrenar a los lobos centinelas, así que dió la órden.
— ¡Acaben a los rusos en su verdadera forma!
De pronto a los centinelas, los betas y los Alfas les brillaban los ojos.
— ¡Pero que carajos, está mafia viene con show incluído! ¿Por qué les cambia el color de los ojos? Incluso les es