Siomara estaba evidentemente disgustada, el Alfa Damiano en lugar de apoyarla frente a su enemigo natural, lo secundaba con respecto a la maldita humana y ese cachorro bastardo que llevaba en su cuerpo.

— Es solo una humana, a esa raza tan débil cualquier cosa puede matarlos, incluso hasta un resfriado o cualquier otra enfermedad, no me quieran culpar si esa mujer se enferma y muere.

Dicho eso la delta se alejó un poco para saludar a otras lunas que se encontraban en la mesa de postres, estaba hastiada de que todo girara alrededor de una insignificante ser humano.

— Parece que te va a costar bastante mantener a Elizabeth protegida, lobo, por fortuna para ti tengo algo de tiempo libre, así que he decidido abusar de tu hospitalidad y quedarme unos días más.

— Vladish, no acabes con mi paciencia, la invitación solamente fue para el día de la fiesta de compromiso, eso es hoy, a partir de mañana ya podrás marcharte de mi territorio.

Dijo el Alfa con los dientes apretados, no