Una cachorrita muy cotizada.
Se le escuchó al rey Gambino toser. El whisky que bebía se le había atorado en la garganta al escuchar al pequeño Vampiro.
— ¿Damiano, estás bien? — Emiliano le acercó una servilleta a su hermano.
— ¿Crees que lo estoy? Apenas tiene un día de haber nacido mi cachorra, y ya me la quiere robar este pequeño bribón.
— No te lo tomes tan en serio, lobo, Vladimir todavía es un niño pequeño, seguro que la lobita le pareció adorable, y por eso se la quiere quedar.
El rey de los vampiros justificaba a su heredero. Más de pronto se escuchó otra vocecitas decir.
— Papá, me gusta mucho esa cachorrita, ¿Nos la podemos llevar a casa? Yo mismo la voy a cuidar, le daré un espacio en mi cama, y la cargaré si llora.
— Dilan, pero si tú mismo todavía eres casi un bebé, no puedes cuidar de otro ser vivo aún, tendrás que esperar a que crezca, y así podrás darle un espacio en tu cama.
— Los cabellos se le crisparon al Alfa, era de su princesa de quién estaban hablando.
— ¿Y ustedes qu