El destino que los unió...
La respuesta había sido muy ambigua, o muy directa. Pero Damiano no se iba a quedar con la duda.
— Explicarlo mejor. — Su voz grave preguntaba más como una exigencia, a como una petición. Pero el lobo no se daba cuenta de que sus celos eran enormes.
— Bueno yo... Esa noche en el bar, puedo recordar que ví a tus dos hermanos sentados en esa mesa apartada hablando con esos hombres vestidos de traje, parecían ser mafiosos, tu también estabas ahí, entonces...
— Continúa hablando, nos viste a los tres, ¿Eso quieres decir?
— Si, estuve largo rato observando sus movimientos, pude darme cuenta de que Massimo era el más relajado, él si ponía atención a las chicas que les bailaban en ese tubo, Emiliano parecía estar de mal humor, como si todo el lugar le chocara y le pareciera desagradable. Es muy apuesto, pero...
— ¿Pero qué?
— Y después estabas tú, no era difícil adivinar que eran familia, los tres tienen un aire muy parecido, el mismo tonos de ojos verdes, solo que tú, parecía