C8- ¿NO TIENE LOBO?
La ceremonia avanzaba lenta, demasiado lenta para el gusto de Rowan. Tenía la mano de Anya entre las suyas y aunque su piel estaba fría, el fuego que recorría sus venas parecía abrasarlo.
Aun así no la soltó. No podía, porque aunque su razón le gritaba que lo hiciera antes de que fuera tarde, Kion rugía y se aferraba a ella como si estuviera en celo.
“Mía. Es mía”
«Cállate —le respondió mentalmente—. No es tuya ni mía. Esto es un contrato.»
“Contrato mis garras. ¡Es nuestra hembra!”
Rowan apretó la mandíbula.
¿De dónde demonios había sacado Lía a esa mujer? Se suponía que era su amiga, eso había dicho, pero jamás la había visto. Y aunque confiaba en Lía más que en muchos guerreros, en ese instante se preguntó si no había cometido un error.
El recuerdo de su conversación con ella volvió con nitidez.
«Necesito una esposa», le había dicho.
Y aunque Lía lo miró como si estuviera loco —porque ella había querido a Alana casi como una hermana—, aceptó ayudarlo. Sabía que