Ya habían transcurrido varias semanas desde que Ángel y Coromoto retomaron su relación.
A pesar de las pocas horas que podían pasar juntos, todo marchaba sobre ruedas.
El amor entre ellos parecía desbordarse en los pequeños momentos que compartían.
Los encuentros furtivos en un motel cercano al hospital o en ese pequeño cuartucho donde el deseo y la pasión se desbordaban sin reservas. Ángel había aceptado trabajar por unas semanas en el turno de día para poder pasar más tiempo junto a Coromoto
Sin embargo, ese mismo día Coromoto le dio a Ángel una noticia que cambiaría su rutina por unos días. Con voz suave y cierta preocupación en el rostro, le explicó que debía ir a trabajar fuera del hospital junto a Patricia, Paola y Jazmín. Se trataría de unas tareas de aseo en un lugar alejado, y el horario de salida le impediría ver a Ángel durante algunos días. Aunque la noticia la entristecía, era una oportunidad que no podía dejar escapar.
Le pagarían un poco más de lo que ganaba en el