42.
La propuesta de Lucas de usar "nuestra" cuenta de ahorros, que en realidad sería mi capital, para pagar la boda, me dejó completamente aturdida.
No puedo creer ni siquiera lo que estoy escuchando. Me parecía insólito que Lucas, el que parecía más apresurado por casarse que nadie para asegurar su posición y mi capital, estuviera sugiriendo que yo pagara la boda sola. Era el colmo de su descaro.
Apreté mi mandíbula para mantener la calma, luchando contra el impulso de gritarle.
— Lucas — dije, tratando de que mi voz sonara dulce pero firme —, es una tontería. Apenas acabamos de fijar la fecha. Además, la inversión de Alejandro es para el negocio. Ni siquiera tengo el dinero líquido ahora. Y cariño, la boda es de ambos. Yo quiero que tú también te sientas orgulloso de lo que aportas a nuestro futuro.
Lucas se enojó por el rechazo. Su sonrisa se esfumó y sus ojos se volvieron duros. Dejó caer mi mano como si le quemara.
— ¿Aportar? ¿Orgulloso? — siseó, olvidando por un momento la necesida