CAPÍTULO 41: HELADO EN EL PARQUE
Jacob
Salgo del edificio con el pulso en la garganta y la mejilla ardiendo, Subo al auto, pero antes de cerrar la puerta vibra el teléfono.
—¿Dónde estás? —pregunta Juliette sin saludo—. La conferencia de prensa empieza en diez minutos. Quieren declaraciones tuyas.
—Mi madre está a cargo, que lo haga ella, o hazlo tú.
—Jacob, no puedo hablar por la estrategia completa, y la prensa…
—Entonces aprende en diez minutos —corto.
Vuelve a sonar a los cinco minutos, esta vez es mi madre.
—¿Dónde estás, Jacob? —cuestiona—. Te comportas como un adolescente, ¿dejas una gira millonaria en manos de otros y desapareces?
—Tú sabes manejar el show mejor que nadie —respondo—. Maneja. Yo no estoy disponible.
—No te atrevas a colgarme —advierte, pero de todos modos lo hago.
El silencio del auto me muerde los oídos. Respiro, giro la llave y conduzco hasta mi casa.
A la mañana siguiente, cuando el sol ya está alto, regreso al departamento. Golpeo una vez. Del otro lado se