CAPÍTULO 19: EL PESO DEL IMPERIO

Jacob

El sol apenas se filtra por las cortinas del despacho cuando el sonido de los tacones de mi madre retumba en el pasillo. La reconozco de inmediato; Sonya Hastings no necesita anunciarse.

Abro el cajón y dejo el informe que estaba revisando. No tiene sentido aparentar ocupación: ella siempre ve más allá de mí.

La puerta se abre sin que haya dado permiso. Impecable como siempre, traje color perla, collar discreto pero inconfundiblemente caro, mi madre entra con la elegancia de una reina que pisa territorio propio.

—Jacob —dice sin preámbulos, sin saludo siquiera—. Anoche no te encontré.

No respondo. Me limito a observarla, a la manera en que alisa un pliegue invisible de su chaqueta antes de mirarme directo a los ojos.

—Estaba en la gala, sabes que…

—Vi a Elena Baker en el lobby del hotel —interrumpe. Mi estómago se contrae, pero mi rostro sigue impasible.

—¿Y? —pregunto con frialdad.

—No me tomes por ingenua —replica, clavándome la mirada con ese t