La ceja de Jacob se levantó y Owen trató de mantener una cara seria, pero sus labios formaron una línea tensa mientras se inclinaba hacia adelante. Sus expresiones eran tan adorables como irresistibles.
— No como desnudista. Era la camarera y la gerente. Pero respiren tranquilos, chicos. —Sonreí con picardía y ambos bebieron de sus copas como si no entendieran mi indirecta— La verdad, ni yo sé bien qué esperan de esto. Solo sé que tomé una decisión: vine aquí. Fui al médico, me aseguré de no tener sorpresitas, me puse este vestido… y aquí estoy. Cuando decido algo, no me echo atrás. Soy terriblemente obstinada.
— Eso ya lo notamos — murmuró Jacob guiñándome un ojo.
—Entonces, saltemos directo a las reglas —intervino Owen, dejando su copa sobre la mesa con un clic seductor.
—¿Reglas? — Miré entre los dos, sintiendo cómo Jacob se acercaba, rozándome al pasar.
—Owen y yo siempre hemos sido claros entre nosotros. Pero ahora estás tú ... —susurró Jacob, jugueteando con un mechón d