La puerta se cerró suavemente tras la salida de Luis, pero el eco de su presencia parecía haberse impregnado en el silencio del vestíbulo. Jacob permaneció inmóvil, mirando la madera de la puerta como si aún pudiera ver a través de ella. El susurro, aquellas dos palabras, resonaban en su mente con la fuerza de un trueno.
Entonces la voz de Owen le llegó.
—Bueno... eso fue... algo — dijo Owen, rompiendo el hechizo desde la entrada de la cocina. Su tono era una mezcla de asombro y alivio. —El tipo es intenso, no hay duda. Pero saber que Charles se enfrenta a una doble condena... es una jugada maestra.
Isabella se acercó a Jacob, su mirada llena de una preocupación y una curiosidad profundas. Puso una mano en su brazo, notando la tensión en sus músculos.
— ¿Estás bien?— preguntó suavemente. — ¿Qué pasó en la puerta? Nos pareció ver...
Jacob parpadeó, desviando finalmente su mirada de la puerta hacia ellos. Exhaló un largo suspiro, como si hubiera estado conteniendo la respiración desde