Salvador
Las cosas finalmente parecen que están empezando a enderezarse, hoy iré a la comisaría a ver el interrogatorio que le harán finalmente a Renata, pues su abogado estuvo retrasando las cosas, pero ya no tienen como más esconderse.
Cuando llego a la primera planta de la mansión el olor a café es lo primero que siento y eso me hace sonreír porque significa que Marina está en la cocina, sin dudarlo camino directo hacía allí y cuando llego mi sonrisa se hace más grande al verla moverse de un lado a otro preparando el desayuno.
Está tan concentrada que ni siquiera se ha percatado de mi presencia, por lo que aprovechando que en el lugar solo está ella, camino hasta llegar a su espalda y la rodeo de la cintura susurrando en su oído:
—Buenos días, bonita…
Ella da un respingo y deja salir un grito ahogado antes de girarse y eso no la ayuda en nada porque ahora estamos cara a cara y tan cerca que solo tengo que inclinarme hacia abajo para besarla.
—Me has asustado—me dice en un susurro, i