Los demás pasaban a nuestro alrededor, algunos nos ignoraron, mientras que otros mantenían sus miradas indiscretas sobre nosotros. No me importó en absoluto, porque mi hermanito tenía una herida sobre su rostro, mientras que sus nudillos también estaban llenos de sangre.
Iba a insistir con mis preguntas, hasta que noté que Brett entraba al salón con lo que parecía un golpe cercano al ojo y un poco de sangre corriendo por su nariz. Solté a Justin al instante, abalanzándome sobre Brett quien no se esperaba mi repentino ataque.
Caímos al suelo con un ruido sordo. Alguien soltó una exclamación, mientras los demás solo se reían.
O al menos así fue, hasta que me recuperé de la sorpresa de la caída y levanté mi puño derecho, concentré toda mi fuerza en mi brazo, justo antes de encestarle un golpe en la mandíbula que provocó dolor tanto en su rostro como en mi mano.
Pero no me detuve.
Seguí golpeándole, incluso cuando sabía que Elliot y la profesora Matthews estaban cerca, a segundos de inter