TRES

Le doy un trago al Martini intentando armarme de valor y finalmente caminar hacia él. Cuando estoy a su lado, él ni siquiera nota mi presencia hasta que me siento en la silla.

—Ah, eres tú —Le da un trago a su bebida—. ¿No me digas que estas locas y me seguiste? ¿Tengo que poner una orden de restricción para que fin me dejes en paz?

—No, claro que no te seguí, ni siquiera sabía que ibas a venir aquí… —Me aclaro la garganta dándole un gran trago a mi bebida—. Me gané este viaje por ser la mejor de la clase y preparar el mejor plato de final de la carrera.

—Ya veo, señorita sabelotodo, pero ni con eso es suficiente. Yo me gradué como a tu edad… ¿Tienes 23 años?

Asiento.

—En vez de buscar todo regalado me esforcé muchísimo para estudiar la gastronomía caribeña y alemana… ¿Y tú? Crees que por tener un puto sueño…, ¿se va a hacer realidad por qué sí? Tus padres no debieron de consentirte tanto.

—¿Por qué carajos hablas como si me conocieras? No sé cómo carajos, pensé en que podría aprender al lado de un idiota como tú.

—Pues este idiota como dices —Voltea su cuerpo hasta quedar frente a mí—, es el mejor en la cocina y en todo lo que se propone.

Frunzo el ceño.

Antes de que pudiese responder una voz me interrumpe.

—Buenas noches a todos, muchas gracias por estar aquí con nosotros, espero que estén disfrutando de la noche —Se escucha que todos celebra—. Antes de continuar invitamos a Aleksander y su novia a la pista de baile.

—Mierda —escucho que musita.

—¿Dónde está? ¿Está en vuestra habitación?

—Ella no está aquí, ya no es mi novia —Se toma todo el líquido de su vaso—. Ya sé qué hacer.

Justo cuando le iba a preguntar el que iba a hacer, él me toma del brazo y me lleva a la pista de baile.

—Por favor baila conmigo.

Frunzo los labios, sintiéndome momentáneamente abrumada, pero aun así acepte.

En ese momento empezó a sonar I can't help falling in love de Elvis Presley.

Aleksander posa su mano en mi espalda, yo coloco mi brazo en su hombro dejándolo reposar en su mano que yace en mi espalda igual la otra nos tomamos de la mano. Empezamos a movernos de un lado a otro mientras girábamos.

Nuestras miradas permanecían fijas en la del otro, causan de mí un extraño cosquilleo, debía de estar sonrojada.

Retrocedimos un poco sin dejar de tomarnos de la mano para después volver a acercarme, girar y quedar junto a Aleksander con mis manos cruzadas, H nos movemos hacia adelante y hacia los lados para después volver a girar hacia un lado y quedar con las manos estiradas, Vuelvo a girar esta vez cuando las manos alzadas como si fuese un pase de Ballet, para queda en la posición inicial, pero esta vez realizamos nuestro pie izquierdo y yo aprovecho para hacer para echarme un poco hacía.

Finalmente, cuando la canción termina una ronda de aplausos, nos apremian, no puedo evitar sonreír.

Cuando estoy a punto de caminar hacia la barra, Aleksander saca algo de su bolsillo para después arrodillarse.

—Hemy, no sabes lo mucho que has cambiado mi vida en pocas horas, no sabía que después de tanto tiempo iba a conectar con alguien como tú, quiero pasar el resto de mi vida a tu lado si me lo permites.

Por muchísimo tiempo había pensado en casarme con una persona que me amase con locura, no con un idiota que hacía un par de minutos me había tratado como la mujer más tonta del mundo.

Pero después de escuchar que susurraba un “por favor” vi que no tenía de otra que aceptar y usar esta carta a mi favor.

—Acepto.

Aleksander desliza el anillo por mi dedo para después levantarse del suelo y darme un casto beso.

Dejándome en shock.

Gracias al cielo dejamos de ser el espectáculo de la noche minutos después, cuando estábamos otra vez de vuelta a la barra, antes de que me tomase el tiempo de preguntar el por qué había hecho, me di cuenta de que era una pérdida de tiempo, ya que seguía tomando más y más.

De igual manera, solo serían 9 días y después, no lo volvería a ver.

La fiesta termina a las tres de la mañana, y Aleksander está a un paso de entrar en un coma etílico.

—Bien, vamos, donde está tu habitación —Paso su brazo por mis hombros e intento caminar junto a él a pesar de que yo también tenía alcohol encima.

—En el cuarto piso, en la suite.

—¿Sabes dónde queda el ascensor?

Él señala una dirección, yo asiento dando un fuerte suspiro para finalmente caminar en esa dirección encontrándome con el ascensor de vidrio, me acerco a pedirlo y cuando llega me subo a este.

—¿Dónde tienes las llaves? —Empiezo a buscar por sus bolsillos hasta que encuentro la tarjeta de la habitación en el bolsillo de su chaqueta.

Habitación 08D

Al estar aquí, se siente el dinero en el aire, con la decoración dorada y blanca elegante.

Cuando estoy finalmente en la puerta, la abro, entro a aquella, cerrando la puerta detrás de mí, no me tomo el tiempo de detallar la habitación, simplemente camino en dirección a la cama que colgaba del techo en forma circular para dejar a aquel idiota en ella, pero en el proceso.

Aleksander se rio.

—¿Ahora quieres abusar de mí? —Aleksander sube sus manos por mis muslos haciendo que mi piel se erizase, y en ese momento Aleksander me vuelve a besar.

Suavemente.

De hecho, me estaba comenzando a excitar y esa ya era una zona bastante peligrosa para mí.

Sentí su erección, grande y dura debajo de mí, justo en mi sexo.

Estaba luchando por no follar con Aleksander y mucho menos en su estado.

Separe mis labios de los de Aleksander porque ya no podía respirar.

—No podemos hacer esto.

—¿Por qué no? —Me pregunta confundido—. Somos adultos Hemy.

—Tú estás a punto de tener un como etílico.

—Aun así, mira como tienes, quiero follarte duro, Hemy. Puede que tu boca lo niegue, pero tu cuerpo responde, siento como estás húmeda.

Me sonrojo.

—Buenas noches, Señor Mills. Más le vale que mañana esté listo para darme una buena explicación.

Me levanto de golpe del regazo y camino hacia la puerta ignorando sus reprimendas.

¿En qué me había metido?

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