Capítulo — Entre sueños, certezas y promesas
(Punto de vista: Sofía Rojas)
La noche se había extendido como un manto suave, envolviéndolo en ese silencio que solo se encuentra después de una tormenta de emociones. Adrián y yo dormíamos fundidos, con el calor de nuestros cuerpos como único refugio, cuando el timbre del celular rompió el encanto.
Me sobresalté, todavía medio dormida, y atendí sin mirar la pantalla. Era mamá.
—¿Sofía? —la voz de Isabel sonaba entre preocupada y exhausta—. ¿Están bien? No sabemos nada desde hace horas, con lo de Valeria estamos intranquilos…
Con los ojos cerrados y el sueño todavía pegado a las pestañas, respondí sin pensar demasiado:
—Estamos bien, mamá… —murmuré—. Estamos en casa… Adrián dejó todo precioso… nos daremos una oportunidad.
Hubo un silencio breve al otro lado, seguido de un suspiro de alivio. Yo cerré la llamada antes de que pudiera hacerme más preguntas y, al colgar, me di cuenta de lo que acababa de decir.
Abrí los ojos y giré la cabeza ha