Capítulo 32 – La Mentira Perfecta
Punto de vista: Valeria Montesino
La puerta del apartamento de Sofía se cerró con un clic seco y cruel, como una sentencia dictada por alguien que ya no necesitaba hablar para marcar territorio.
Valeria descendió los tres escalones de mármol con la misma arrogancia con la que había entrado. Sus tacos resonaban como disparos suaves sobre la vereda, su cartera colgaba del antebrazo con la naturalidad ensayada de una actriz de tragedia fina.
No se apresuraba. No lo necesitaba. Ella no corría. Ella flotaba sobre su propio guion.
Se detuvo junto a su coche, acomodó un mechón rebelde detrás de la oreja, sacó un espejito compacto y se retocó los labios con su gloss coral —el mismo que usaba en las cenas de gala con Adrián, ese tono que él alguna vez le dijo que le quedaba “peligrosamente perfecto”—. Luego sonrió. Una sonrisa vacía. Hermosa. Precisa. Irreal.
Hasta que una voz quebró el momento.
—¿Y vos qué hacés acá?
Valeria giró, sin apuro. Co