Capítulo 31 – Lo Que No Vas a Romper
En el piso 14 de la Torre Castell, la energía era distinta.
El laboratorio vibraba como una arteria palpitante, anticipando la llegada de alguien importante. Los pasillos, normalmente adormecidos por la rutina, hoy tenían ese brillo callado que antecede a los milagros.
Sofía Rojas volvería.
Y aunque su ausencia había sido breve, para muchos había sido suficiente para confirmar lo que ya sabían: ella no era reemplazable.
En su oficina, Adrián Castell revisaba los planos del reacondicionamiento. Las mangas de su camisa celeste estaban remangadas hasta los codos, el ceño fruncido, la concentración atravesando sus dedos como electricidad.
Más luz natural.
Insonorización reforzada.
Nueva tecnología.
Un rincón solo para ella.
Todo pensado para su regreso. Para que supiera —sin decirlo en voz alta— que él la necesitaba ahí. Que aún creía en ellos, aunque ya no tuviera derecho a pronunciar esa palabra en plural.
El celular vibró.
Un mensaje de J