CAPÍTULO 12 – El Engaño de un Orgulloso
Narrado por Adrián
La casa estaba en silencio. El reloj marcaba las 11:43 p.m. Su madre ya no estaba. Se había ido a ver a Sofía con esa determinación que él había perdido hace años.
Adrián se quedó en el comedor, solo, con la cabeza entre las manos. El té de su madre aún humeaba sobre la mesa. Un aroma a tilo y limón que le recordaba las noches en que, de niño, tenía fiebre y ella lo velaba como si fuese lo más valioso del mundo.
Y sin embargo, a la hora de defender lo realmente importante… la había dejado hacer a ella . Su madre lo ayudaría está vez.
La dejó decidir por él con su matrimonio.
Sofía.
Sofía y esos ojos celestes grandes que lo miraban como si pudiera ser mejor. Como si detrás del apellido Castell hubiese un hombre completo. No un proyecto, no un hijo obediente, ni un heredero. Solo un hombre.
Recordó la primera vez que ella entró en su casa. Una valijita marrón en la mano la misma que la acompaña hasta ahora en sus viajes, el pe