Un trinar hace ruido en los oídos de Darren, cual despertador natural, mientras en sus pensamientos aún, ligeramente, adormilados le agradece a Dios el regalarles tan bellos despertares. El joven adulto logra estirar su cuerpo y hacer que los dedos de sus pies se retuerzan, tratando de sacar el adormilamiento en su musculatura luego de merecidas horas de sueño. Morfeo lo suelta a pesar de que su mente se quiere aferrar a él.
Sonríe plácido al recordar la visión involuntaria de anoche, ¡Dios!, ese sueño “lo sintió tan vívido que le hace dudar si fue realmente un sueño. Fue algo inesperado, ver por primera vez, una boca tan delicadamente rosada y bien definida, muy lejos de la apariencia de la de Escarlet. Además, ¡Dios!, verse reflejado en esos inquisitivos ojos le hizo querer más de la vida, así que se dejó llevar por los recuerdos de una noche de sue