“… Por escasos segundos volví a sentir ese hiriente e increíble dolor en mi pecho. Dolor que pude comparar al vivido, cuando vi por primera vez a Edward conectado a tantos aparatos, el primer amor de Danna. Solamente pensar que mi padre se expresara de esa manera tan fría e indiferente de mi monstrita rompió mi alma en mil fragmentos, sin embargo, estaba consiente que luchar por ella era tan natural como el respirar, sin mucho pensarlo mi boca se abrió al igual que mi amor por ella.
—Padre, ella para mí es y será mi hija, aunque no lleve mi sangre ni mi apellido, es mi hija y punto no hay negociación con respecto a eso, ella es sagrada para mí— Por primera vez en mi vida entoné una voz más potente y segura que la de mi progenitor, mientras le clavaba una mirada amenazante a quien en ese momento consideraba más el esposo de mi madre que mi propio p