Daryl caminó con pasos pesados, empujado por dos agentes de seguridad del aeropuerto fuera de la sala médica. Aunque intentó resistirse, su fuerza fue superada por el protocolo. Una vez que la puerta se cerró tras ellos, el ambiente en la sala se sintió un poco más tranquilo, aunque la tensión aún no había desaparecido por completo.
Aurora todavía abrazaba con fuerza a Lilian, su cuerpo temblaba ligeramente. Lilian se inclinó y susurró palabras suaves a su oído.
—Estás a salvo ahora, cariño. Está bien. Solo lo sacaron por un momento.
Aurora no contestó, pero comenzó a regular su respiración lentamente.
Mientras tanto, en la sala de seguridad, Daryl estaba sentado inquieto en una silla de metal. Dos agentes estaban frente a él. Uno de ellos abrió un expediente delgado y comenzó a hablar.
—Señor, por favor entregue sus documentos de identid