Carlos la miró fijamente.
Lilian permaneció de pie, el cuerpo aún tenso. Sabía que la situación se volvía cada vez más peligrosa. Sus manos estaban fuertemente cerradas. Respiraba con dificultad. Su mente giraba buscando una salida.
—No me iré contigo.
—Así que eliges complicar las cosas.
—¡El que complica las cosas eres tú, Carlos! —Lilian respondió con voz temblorosa de ira—. Me encierras, me quitas el teléfono, incluso me separas de Gabriel.
—¡No tergiverses las cosas! —Carlos se acercó con la mirada afilada—. Sé que intentaste contactar a Daryl antes.
—¿Y si es cierto? ¿Qué tiene de malo? ¡Solo quiero asegurarme de que mi hijo esté a salvo!
—¡Nuestro hijo! —Carlos alzó la voz—. ¿Crees que dejaré que ese hombre ocupe mi lugar como padre?
—¡Nunca fuiste realmente un padre para Gabriel! —Lilian estalló—. Solo piensas en ti mism