[ZAED]
Dos días después
Por más que intento convencerme de que debo olvidar lo que pasó entre Alya y yo, la verdad es que es imposible. No hay manera. Todo me recuerda a ella. El mar cuando miro por la ventana del despacho. El olor a café en las mañanas. La forma en que la luz cae sobre los planos extendidos sobre mi escritorio. Alya está en todo.
Y, sin embargo, también está a años luz de mí.
Isabella pasa las noches hablando del bebé, de nombres, de casas con jardines y desayunos familiares. Yo apenas la escucho. Asiento, finjo, sonrío. Pero cada palabra suya se estrella contra una barrera invisible. La misma que levanta mi mente cada vez que intento imaginar un futuro que no quiero.
Concentrarme en el trabajo se ha vuelto una tortura. Los planos se confunden, las líneas pierden sentido. Las estrategias, los presupuestos, las reuniones... todo parece carecer de propósito.
Me siento igual que el día en que me marché de Miami. Vacío. Perdido. Y con la certeza cruel de que mi amor por