[ALYA]
Este nuevo amanecer me encuentra mirando el horizonte a través del ventanal mi habitacion. A lo lejos el mar se mueve como una piel líquida que refleja el sol naciente, y por un instante creo que aún lo siento respirando junto a mí. Pero cuando giro, ya no está. Solo quedan los recuerdos de las las sábanas arrugadas, el aroma persistente de su piel y ese silencio que corta más que cualquier despedida.
Me quedo quieta, envuelta en mi bata, tratando de entender cómo fue que todo volvió a suceder.
Una noche. Un error. Una verdad que nunca se apaga.
Lo que viví con Zaed la otra noche fue demasiado real como para fingir que no significa nada, pero también demasiado imposible como para creer que podría durar. Isabella. Samuel. Las familias. El pasado que no nos deja respirar.
Cada nombre pesa como una cadena.
Me ducho en silencio, intentando borrar los recuerdos de su rastro, pero el agua tibia no puede con los recuerdos. Me miro al espejo y apenas me reconozco: los ojos rojos, la pi