Rápidamente, llegó el momento de cenar, Eva no había salido de su habitación, no cuando sabía que Alejandro aún estaba en casa. Ella aún mantenía la esperanza de que el hombre se fuera antes de la cena, desconocía que tanto Demian como Martina lo habían invitado a pasar ese momento juntos, incluso Melissa se les había unido.
- Eva… Hija, es hora de cenar. – Se escuchó a lo lejos la voz suave de Martina.
Eva se levantó de la cama, caminó hacia su baño y notó que el enrojecimiento había pasado. Sus ojos ya no lucían tan inflamados por el llanto.
Si alguien le hubiera dicho que, un hombre como Alejandro vendría y robaría su primer beso, desde hace varios años ya lo hubiera dado, soltó un suspiro, enjugo su rostro y se dispuso a bajar a cenar.
Un golpe en la puerta la puso en modo de alerta.
- Eva… Lamento haberme comportado como un idiota en la tarde, de verdad espero que me disculpes, tal vez después de cenar podamos platicar… Sí, muñeca, vamos a cenar, Melissa y Alejandro esperan a que