14. La Capital
Christa Bauer
Desperté con la luz del amanecer pegando directo a mi rostro por la ventana del autobús. El chofer anunció que pronto estaríamos llegando a la Capital. Miré a través del cristal con mucha emoción; nunca antes había visto un lugar como ese: una ciudad tan grande, con edificios enormes, restaurantes, supermercados, tiendas comerciales, hoteles… todo era una maravilla para alguien como yo, una chica de campo que lo único que conocía eran los matorrales de su rancho.
Bajé del autobús sintiendo una especie de cosquilleo en el estómago. No sabía qué hacer; primero debía buscar un lugar donde quedarme antes de intentar encontrar a Santiago.
Fruncí los labios. No tenía idea de por dónde empezar. Apreté contra mi pecho la pequeña mochila que llevaba, con apenas unos cuantos cambios de ropa. La gente aquí parecía tener tanta prisa, vestían con ropa muy diferente a la del pueblo, mucho más moderna y elegante. Me acerqué a una señora para preguntarle si sabía dónde podría rentar alg