3. La boda
Christa BauerLa ceremonia en la Iglesia de Santa Rosa, en el poblado de Montenegro, fue sencilla pero muy emotiva. Fue lo que Marcelo pudo permitirse con su sueldo de capataz del rancho, aunque mi padre se ofreció a hacerse cargo de los gastos de la fiesta.Marcelo se veía nervioso. Llevaba puesto un traje azul marino y, por primera vez, se había peinado el cabello negro que siempre llevaba alborotado. Nunca había visto a mi hermana tan feliz, y eso me alegraba: saber que había encontrado a ese hombre especial con quien compartiría su vida para siempre, tal y como alguna vez le escuché decir a mamá.Me pregunté si algún día yo tendría una boda tan bonita como esa, si algún día conocería a mi hombre especial. Pero no imaginaba quién podría ser. Mamá me tenía prácticamente sentenciada a no hablar con ninguno de los peones; Fred siempre me acosaba en el bachillerato, así que no tenía amigos con quienes salir. Pero bueno, eso no importaba ahora. Aún era muy joven para esas cosas, como de
Leer más