La oscuridad se tornó luz, pero no una luz natural. Era algo etéreo, como si flotara entre la neblina de un recuerdo olvidado o el momento presente.
Katherine se sentía confundida, estaba de pie, en medio de un claro muy conocido para ella.
Desde que era pequeña, se había escabullido por el bosque hacia ese lugar y lo había llamado su sitio favorito, el de ella, y el de su gemelo, su corazón pronto se aceleró ante aquella certeza de estar en ese lugar que era inolvidable.
A su alrededor, comenzaron a aparecer varios rostros mirándola.
La primera fue una hembra muy mayor que la miraba con alivio y una sonrisa, Gala.
—Sabía que volverías a soñar —dijo con voz suave pero firme—. Hemos intentado encontrar tu poder por semanas, pero solo ahora logré llegar a ti, algo pasó.
"¿Semanas?"
—¿Estoy en casa?
—Estás en un sueño, solo pudimos encontrarte muñeca —respondió una voz más grave. Era su padre.
Kieran la miraba con adoración y preocupación al mismo tiempo antes de abrazarla.
Katherine lo