—¡No! ¡No lo hagan sangrar más! —suplicó Katherine con la voz quebrada luchando contra Asher que la retenía con firmeza sin hacerle daño—. Por favor... no quiero que nadie salga herido.
Cassian ladeó la cabeza hacia ella, ignorando los gruñidos de los tres machos que no entendían porqué Katherine estaba defendiendo a ese desconocido.
Cassian se pasó la lengua por el corte con deliberada lentitud, captando el sabor metálico de su sangre y sonrió satisfecho, como si cada golpe que recibía solo confirmara lo que ya sabía, que ella lo protegía, que aún lo quería vivo.
—Tranquila, Bambi —dijo con los ojos azul hielo fijos solo en ella, como si los Volkov no existieran—. Un poco de sangre nunca mató a nadie. Sobre todo si es por ti.
Kian rugió de pura furia ante la provocación y Cassian no se defendió.
Parpadeó una vez, la sorpresa fingida cruzó sus ojos azul hielo, pero en realidad, se estaba dejando golpear.
Quería ver cómo reaccionaba su Bambi.
Nadie lo sabía, para ellos, era solo un m