El pestillo del baño resonó como un golpe seco en medio del silencio cuando entró.
Katherine cerró los ojos, apoyando la espalda contra la puerta mientras el temblor le recorría los brazos. Apenas podía sopesar lo que acababa de suceder en aquel momento. Todo había dado un vuelco dentro de ella.
Una chispa que no supo cómo encendió y que ahora solo dejaba un vacío.
La misma sensación que había sentido cuando llegó a este tiempo.
Cuando cayó en un mundo que no era suyo.
Cuando dejó de ser Katherine… para convertirse en una versión rota, incompleta, sobreviviente. Una que se había dejado manipular estúpidamente por el amor de un macho.
—¿En qué momento me convertí en esto? Yo nunca hubiera actuado así. ¿Y cómo es que no me había dado cuenta? —Susurro a la nada como si alguien pudiera contestarle de repente.
Se acercó al espejo y vacilante encontrándose con el rostro que la observaba le resultaba familiar pero no del todo.
Los ojos…
No eran del mismo color de los suyos tan iguales a los