Katherine lanzó el primer golpe y Adhara lo bloqueó con facilidad, aunque estaba claro que la loba no estaba prestando atención al combate sino al rostro de su prima.
—Estás distraída —canturreó Addie, girando para esquivar la patada que venía después—. Mucho.
Katherine frunció el ceño, intentando concentrarse.
—Solo no dormí bien —respondió soltando un golpe directo al abdomen que nunca llegó a impactar.
Adhara la atrapó por la muñeca con una carcajada.
—"No dormí bien" —repitió imitando su voz—. Ay, por favor, Kat, te conozco desde siempre. Estás muy lejos de no haber dormido. Estás... —levantó una ceja con picardía y voz insinuantes—. Perturbada.
Katherine soltó un bufido, liberando su muñeca con un movimiento brusco.
De repente soltó un nuevo golpe que silbó en el aire, directo hacia el hombro de Adhara, pero su prima, como siempre, prefirió esquivarlo con elegancia en vez de devolverlo.
Adhara no era débil, solo era perezosa. Le gustaba provocar más que sudar.
—Ay, Diosa, es peo