El sol apenas comenzaba a salir cuando los Alfas comenzaron a subir a sus carros, uno por uno junto a los miembros de su manada con determinación y sed de guerra en los ojos.
El aire estaba denso, cargado de tensión y poder contenido.
Katherine observaba todo desde la puerta del carro de Cassian. Cada movimiento parecía calculado con brutal precisión.
Guerreros.
Machos entrenados para matar.
Alfas listos para destruir.
Pero fue él quien acaparó su atención.
Cassian.
A la distancia, su voz ordenaba firmemente aunque sin levantar el tono más de lo necesario. Sus movimientos eran exactos, llenos de esa letalidad elegante que siempre la dejaba sin aliento.
Se quitó la chaqueta negra para entregársela a uno de sus subordinados y remangó las mangas de su camisa dejando al descubierto los antebrazos marcados por venas, irradiando, poder tan solo con su cuerpo porque cada centímetro de él hablaba de dominio, de control... y por alguna razón, de seguridad.
Katherine tragó saliva, sintiendo cóm