Ella: No recordaba nada, solo sabía que le dolía el cuerpo y no sabía dónde estaba... solo recordaba pequeños flashazos... recordó un dolor espantoso, ella gritó y todo se volvió negro... solo eso, era lo que recordaba, y lo que nunca olvidaría serían sus ojos, los ojos negros penetrantes que la miraban con morbo mientras estaba ella tumbada debajo de él forcejeando. Él: Aunque ayer no fui a ningún burdel, ni me follé a ninguna de mis amiguitas... ayer me follé a una muchachita que salía del antro, que era , por cierto... me gustó por su cabello rojo... dijo para sí mismo
Leer másNo recordaba nada, solo sabía que le dolía el cuerpo y no sabía dónde estaba… solo recordaba pequeños flashazos… ella luchando contra alguien, era alguien grande y pesado, por el olor a perfume podía deducir que era un hombre, ya que esa fragancia era totalmente masculina.
Recordaba haber estado forcejeando con él… quería liberarse, la tenía aprisionada con el cuerpo grande de él sobre el pequeño cuerpo de ella… luego recordó un dolor espantoso, ella gritó y todo se volvió negro… solo eso, era lo que recordaba, y lo que nunca olvidaría serían sus ojos, los ojos negros penetrantes que la miraban con morbo mientras estaba ella tumbada debajo de él forcejeando.
Ahora que había abierto los ojos se veía en una habitación grande y espaciosa se escuchaban pitidos de alguna maquina… volteó hacia el origen del sonido, estaba en el hospital al parecer, pero ahí en la habitación no había nadie, solo estaba ella… cuando giró su cabeza rumbo a la ventana pudo ver a sus padres, su madre estaba llorando y por la cara que tenía su padre, parecía que habían recibido una noticia horrible y frente a ellos estaba un doctor… de pronto sus padres voltearon y la vieron, pero su mirada no era la misma, ahora su mirada era triste.
Ella estaba confundida por la mirada triste que le mandaba sus padres, no lo entendía y además se sentía aturdida…
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HORAS ATRÁS
—¿Allegra, estás lista? — era su amiga Magda de la preparatoria
— Sí, ya voy — iba bajando las escaleras topándose con sus padres y su amiga
Allegra Zimmerman, una chica que acababa de graduarse de la preparatoria, contaba con 18 años recién cumplidos. Su sueño era entrar a la escuela de medicina de Viena, Austria y lo había logrado, en los exámenes de admisión había logrado entrar a la universidad y para celebrarlo había quedado con su amiga de ir a un antro cercano junto con otros amigos…
Ya en el antro, tanto Allegra como sus amigos llevaban más mojitos que sangre en el cuerpo… eran alrededor de la 1:30 am.
—Magda, ya me voy— intentaba hablar sobrepasando el ruido de la música…— ya es tarde…
Luego de despedirse de sus amigos salió del antro rumbo a su casa, vivía a unas cuantas cuadras del lugar, creía que era seguro irse caminando en lugar de pedir un taxi… de pronto se percató que alguien la seguía y apresuró el paso sin parecer nerviosa…
—¿A dónde? — alguien la tomó del brazo—¿Qué hace una chica tan guapa como tú paseando sola?
No sabía bien quien era, pues en la obscuridad de la noche y eso sumándole los mojitos que traía en el cuerpo, solo pudo distinguir su perfume y sus ojos ónix, eran los ojos más negros que había visto y su cabello negro azabache…
—¿Quieres que te lleve a tu casa? — el muchacho también estaba ebrio…— vamos en mi coche
Tal vez era porque estaba borracha y no pensaba bien, aceptó…
—Llegamos — dijo el chico y de pronto se dio cuenta que no era su casa…
—¿A dónde me trajiste? — dijo asustada
— A un lugar muy bonito — dijo abriendo la puerta del copiloto…
No supo cómo, pero de alguna manera él la sacó del coche y la aventó al piso…
— Suéltame, ¿Qué quieres? déjame ir— forcejeaba con él
La tenía aprisionada con su cuerpo encima de ella… comenzó a rasgarle la ropa y a tocarla con brusquedad… por más que quería quitárselo de encima no podía, él era más fuerte que ella… de pronto sintió un enorme dolor en su entrepierna… él había entrado de una manera muy brusca y comenzó a moverse de igual manera y ella gritaba por el dolor de pronto sintió un fuerte golpe en la cabeza que la dejó inconsciente…
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EN EL HOSPITAL DE VIENA
—Klaus — era una mujer de cabello rubio…— te necesitamos en urgencias…— el mencionado era un hombre alto de cabello negro y ojos del mismo color, un hombre bastante atractivo
— En un momento voy, Amelia — le dijo a la muchacha mientras se paraba de la silla —¿Qué pasa?
— Han encontrado a esta chica a las afueras de la ciudad y la han traído hasta aquí — decía un hombre de cabello castaño
— Dame los detalles, Amelia — decía Klaus
— Por lo que traía cuando la encontraron se llama Allegra Zimmerman de 18 años, vive en el centro de la ciudad, sus signos vitales son normales, pero presenta una contusión en el cráneo y presenta signos de haber sido violada, había rastros de semen en la ropa que traía puesta, la encontró una pareja que venía llegando a la ciudad de un viaje y la han traído aquí…
—¿Qué hombre haría algo como esto? — decía horrorizado —necesito que localicen a los padres, busquen si traía teléfono celular y llámenlos inmediatamente.
A los 30 minutos los señores Frida y Benedict Zimmerman estaban desesperados en la recepción del hospital preguntando por su hija… cuando los localizó Klaus les dijo la situación de su hija, la señora no hacia otra cosa más que llorar y el señor no salía simplemente de su asombro, no creía en lo que Bruno le estaba contando…
De pronto vieron desde la ventana como su hija despertaba y ellos solo atinaron a verla con muchísima tristeza… y ella atontada por los sedantes que le habían suministrado minutos atrás volvió a dormirse…
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Klaus alrededor de las 6 am regresó a su casa, estaba cansado y no dejó de pensar en la muchacha que habían llevado al hospital… se sentía asqueado pensando en cómo era posible que un hombre hiciera eso… era simplemente inhumano y cruel
—Noah, levántate de ahí — le decía a su hermano menor que estaba acostado boca arriba en el sillón de su casa, mientras prendía la luz —otra vez llegaste borracho
— A ti que te importa, Klaus— decía arrastrando las palabras aun borracho acostado en el sillón cubriéndose los ojos para que la luz no le calara —es mi problema…
—Al menos deberías abrocharte el maldito pantalón decía viendo la ropa de su hermano —sabes, si vas a follarte a tus amiguitas por lo menos ten la decencia de abrocharte el pantalón cuando termines.
—Ya cállate y déjame dormir, joder— dijo volteándose de cara al sillón
Cuando hubo amanecido bien alrededor de la 1 de la tarde, Klaus se había levantado apenas de la cama… hacer guardia nocturna era horrible, pero él amaba su trabajo… por otro lado Noah… bueno, él era otra historia…
—Noah — dijo poniéndole una taza de café enfrente a un más compuesto hermano menor— has algo con tu vida, no estas yendo a ningún lado más que a perderte…
—¿Y eso a ti qué, Klaus? — le reprochaba tomando su café…
—Te lo digo porque me importas, Noah… nuestros padres ya no pueden contigo— él mencionado rodó los ojos —tienes 19 años, no estudias, no trabajas, no haces nada más que meterte con zorras, ése es tu pasatiempo… andar follando a tus amiguitas cada que te da la gana… así no vas a llegar a ningún lado Noah…
—Klaus, por favor, hermano, me duele la cabeza— decía haciendo muecas —podrías dejar la charla de HERMANO PREOCUPADO para otro momento…
—No, Noah — le dijo decidido —ya es hora de que te ponga un alto… si nuestros padres no lo hicieron yo si… así que desde hoy te voy a tener bien controlado… y tienes esta semana para que pienses qué vas a estudiar, porque para la siguiente te inscribiré en una universidad… y harás examen de admisión si es necesario… y desde hoy te voy a bloquear tus tarjetas de crédito y si quieres dinero me lo vas a pedir a mi…
—Está bien — dijo rodando los ojos a modo fastidiado…
—Y lo más importante— dijo amenazándolo con uno de sus dedos —nada de amiguitas… no quiero volver a saber que te volviste a parar en ese burdel al que te gusta tanto ir, ayer fue tu ultimo día, también se acabó eso para ti…
—Consigue a una novia bonita, que sea buena persona, que estudie y que sea una buena muchacha— le decía algo preocupado —no quiero saber que frecuentas de nuevo a tus amiguitas ni que vas a esos burdeles… ¿entendiste?
—Sí, hermano — dijo algo resignado al saber que hablaba enserio…
—Aunque ayer no fui a ningún burdel, ni me follé a ninguna de mis amiguitas… ayer me follé a una muchachita que salía del antro, que era virgen, por cierto… me gustó por su cabello rojo… dijo para sí mismo
La pelirroja había salido al jardín de la mansión Hoffmann, donde se celebró la fiesta… estaba perdida en sus pensamientos cuando de pronto una voz la hizo sobresaltarse. —¿En qué piensas? — era su marido —En lo feliz que soy— respondió ella con una radiante sonrisa— en lo mucho que amo a mi familia… y en que la ceremonia fue hermosa… —Entregar a mi hija ha sido lo más difícil que he tenido que hacer en mi vida —Y todavía te falta Lyanna— lo picó su esposa —A esa niña la voy a meter de monja a un convento— gruñó— no pienso pasar por esta tortura de nuevo —Ella también tiene novio, sabes… además es tu ahijado— le recordó su esposa —Maldigo la hora en que acepté ser padrino de Gunther— gruñó Noah con gesto serio— ahora ese rufián me robará a mi bebé en un par de años— exclamó haciendo un mohín inflando las mejillas justo como sus hijos y ella no pudo evitar reírse —Y… ¿qué me dices de Dominik? —Mi hijo es un caballero—su semblante cambió— es el mejor partido para cualquier mujer
—Esto es ridículo— gruñó el pelinegro mientras se brochaba los botones de su camisa —No vamos a pasar por esto de nuevo, Noah— le respondió su esposa con evidente tono de fastidio sin dejar de mirarse en el espejo mientras se maquillaba —No puedo creer que te tomes esto tan a la ligera— gruñó mientras se abrochaba el nudo de la corbata… —Es una boda— respondió ella cruzando los brazos sobre su pecho despegando la vista del espejo para mirarlo a los ojos —Es una completa estupidez— gruñó mientras se ponía frente al espejo para ultimar los detalles de su vestimenta —A ver, Noah… ¿cuántos años tienes? — preguntó su esposa con los brazos en jarras… — 44 todavía… aún no cumplo los 45 ¿y qué? — cruzó los brazos sobre su pecho mirando a su esposa —Ya estás algo grandecito para hacer estas chiquilladas… —No son chiquilladas… es una estupidez— gruñó —¡Es la boda de tu hija! — gruñó ella enfadada —¡Exacto! — señaló a su esposa con el dedo— ¡por eso es una estupidez! —Debe ser un día
A Mirai le costó compartir su trono con sus hermanitos, claro que sí, aunque esto era comprensible, porque tenía toda la atención de sus padres y ahora, a sus 8 años tendría que compartirlos con dos personitas más… Sin embargo, ella tenía algo que sus hermanitos no… la total y completa atención de su tía Johanna.Ella había logrado salir de la prisión poco tiempo después de Allegra. Paul defendió a su prima con uñas y dientes, la defensa de Paul, aunado con la evidencia que había ayudado a recabar en favor de Allegra, hizo que se redujera su sentencia. Cuando Johanna salió, Allegra estaba esperándola y como habían prometido, se fueron a festejar bebiendo shots de tequila y muchos mojitos La pelirroja cumplió un año en prisión y salió bajo libertad condicional portando un rastreador que vigilaba todos sus movimientos por 2 años completos sin poder salir del país ni del estado. Johanna constantemente se quejaba por el rastreador, decía que no combinaba con su ropa y que le hacía per
Kassandra no sabía cómo era posible que el otro bebé se hubiera escondido lo suficientemente bien como para no verlo en alguno de los controles de embarazo de Allegra, se estaba empezando a temer lo peor, aunque recordó una vez en uno de los controles escuchó algo extraño en el corazón de la bebé, sin embargo, aquella vez lo dejó pasar pensando que era cosa del aparato, sin embargo, ahora que lo pensaba, quizá ese algo era el otro bebé que no sabían que estaba ahí, hasta ahora —¡Un alien! — Allegra estaba un poco fuera de sí— ¡me va a salir un alien por el ombligo! — eso hizo reír a más de uno en la sala —Créeme… algo saldrá… pero no precisamente por el ombligo— exclamó Kassandra, trataba de calmar a Allegra, pero la reacción de la pelirroja era bastante cómica —No puede haber otro… no puede haber otro… solo tenemos una cuna y ya nació mi hija… no puede haber otro más… —Cariño— habló Noah a su histérica esposa— hey, cariño— él tomó su cara entre sus manos para que lo mirara— tendr
Paul condujo lo más deprisa que pudo rumbo al hospital, al llegar explicaron toda la situación a Kassandra, la ginecóloga de Allegra, quien se horrorizó al ver el cardenal de su ojo y los moretones consecuencia de la paliza que había recibido en prisión. Luego de una exhaustiva revisión, vieron que todo se encontraba bien y que efectivamente, Allegra estaba de parto con 6cm de dilatación. La mayor preocupación, que era el estado de salud de ambas se evaporó al saber por boca de Kassandra que todo iba bien y que lo único que tenía que hacer la pelirroja era aguantar las contracciones puesto que todavía tenía que dilatar otros 4cm más. Allegra no había pedido la epidural, pensando que podía resistir lo que fuera, estaba en la habitación junto con Noah quien sostenía su mano, las contracciones eran cada vez más seguidas y dolorosas, pero ella aguantaba lo mejor que podía, apoyada por su esposo, quien le daba palabras de ánimo —Sabes que eres la mujer más hermosa del mundo— habló Noah
Su esposa se había puesto de parto en el juzgado… y ahora el dolor había aumentado considerablemente en muy poco tiempo y fue en ese momento cuando le gritó a su esposo y él fue corriendo a su lado. —Estoy aquí, cariño… todo va a estar bien— tomó su rostro con ambas manos mientras ella simplemente asentía tocándose el vientre— es la bebé, ¿cierto? —Si— gimió con voz apenas audible— creo… creo que me he puesto de parto— miró a su esposo con lágrimas en los ojos— me duele mucho —Vamos— la tomó en sus brazos y se dirigió a la salida —Señor Hoffmann— Luther llamó la atención del pelinegro— este juicio no ha terminado —No me interesa su veredicto— gruñó dándose la vuelta para verlo— tengo cosas más importantes que hacer— dijo gruñendo mientras acomodaba de nuevo a Allegra en sus brazos— mándeme su veredicto por correo, si me da la gana lo leeré, después de que ya haya nacido mi hija— giró sobre sus talones hacia la salida —Yo conduzco— intervino Paul— Sophia, llévate mi coche, cariño
Último capítulo