Capítulo 3

Allegra ya se había ido al hospital, llevaba unas cuantas horas en trabajo de parto, había empezado a las 5 de la tarde y ya eran las 2 am del día siguiente. Cuando recién había llegado al hospital la trabajadora social de la casa de asistencia donde iba a dar en adopción a su hija fue a verla para explicarle lo que pasaría después de que naciera su hija

Habían quedado que apenas amaneciera, alrededor de las 10 de la mañana los señores Wagner iban a venir por la niña, debido a que a que ya había firmado los papeles de consentimiento de adopción de su hija apenas naciera ya había perdido los derechos sobre ella.

A las 2:30 am Allegra había entrado en la etapa final del parto, luego de varios empujones se escuchó un llanto enojado

—Aquí está, Allegra— decía su ginecóloga— es muy bonita tiene mucho pelo negro y sus ojos

—¡CÁLLESE! — le gritó de pronto— ¡NO QUIERO SABER NADA DE ELLA! ¡SOLO LLEVESELA!

—¿No quieres conocerla? — decía la ginecóloga con un aire de tristeza en su voz

—¡NO QUIERO! ¡NO QUIERO CONOCERLA! ¡NO QUIERO SABER NADA DE ELLA! — decía con la respiración aun agitada

No quería conocerla, no quería saber nada de ella, apenas mencionó la ginecóloga que la niña tenía mucho cabello negro supo que era por él por su padre, el hombre que había abusado de ella, no quería saber nada más, no quería ver que su hija se pareciera al hombre que la había violado prefería no verla, además, ya estaba dada en adopción.

Desde que había llenado la bebé sus pulmones de aire por primera vez, la pequeña no había dejado de llorar y comenzó a llorar con mucho más sentimiento cuando escuchó a su madre gritando que no quería conocerla, como si en realidad supiera que su madre la odiaba y de verdad no quería saber nada de ella.

La pediatra y las enfermeras revisaron a la niña, había pesado 3 kilos 600 gramos y había medido 48 centímetros, se la llevaron a los cuneros aun llorando.

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Allegra ya estaba en su habitación, se sentía muy cansada y se había quedado pensativa una pregunta rondaba por su cabeza, ¿a quién se parecería? la doctora había dicho que tenía mucho cabello negro, ella sabía que cabello era de él, por eso no quiso saber más del parecido

A lo lejos se podía escuchar el llanto de un bebé y Allegra sabía que ese bebé que lloraba era su hija, reconoció el llanto porque desde que había nacido no había dejado de llorar y eso había sido a las 2:30 am y ya eran las 5:30 am.

—¿Por qué no puedo quitármela de la cabeza? — decía llorando— m*****a sea por qué

Se la pasó pensativa un rato, pero la niña simplemente no dejaba de llorar y ella no dejaba de atormentarse con miles de preguntas se había salido de su habitación, la curiosidad podía más que ella, necesitaba conocerla, saber cómo era, a ver a quien se parecía quería verla, aunque sea una vez antes de que se la llevaran los señores Wagner a las 10 am de ése mismo día.

Llegó hasta los cuneros y vio a una enfermera que iba saliendo de ahí, así que, sin hacer ningún ruido entró y vio a todos los bebés dormidos excepto uno. En el cunero había un letrero que decía Zimmermann. Hab. 315.

Era ella, su hija era la que lloraba cuando se acercó la vio y para su desgracia no se parecía a ella, había salido igual al desgraciado que la había violado, pero a pesar de eso, era una niña muy bonita

—Hola engendro— le dijo a su hija y cuando le acarició la cara la niña dejó de llorar— yo soy tu mamá

La niña había dejado de llorar casi al instante, había reconocido la voz de su madre, esa voz que durante 8 meses y medio la había maldecido y la había llamado "engendro" de un momento a otro la niña abrió los ojos y a pesar de la luz tenue que había en la habitación, Allegra pudo distinguir unos grandes ojos verde jade y algo en su frente

—Tienes mis ojos— dijo llorando repentinamente— tienes mis ojos— se rio suavemente— sacaste mis ojos— la niña tenía los ojos de ella, tanto en la forma como en color. — y mi lunar— se refería al lunar en forma de diamante que ella tenía en la frente

—Eres una niña muy bonita— dijo tomándola en sus brazos

La niña comenzó a buscar el pecho de su madre, tenía hambre, mucha hambre y es que desde que había nacido no había dejado de llorar y no había comido nada hasta ese momento que su madre la tomó en brazos por primera vez

—¿Quieres comer? — dijo bajándose un poco el camisón para que la niña pudiera comer inmediatamente, la pequeña tomó en su pequeña boca el pezón de su madre y comenzó a comer con desesperación

No sabía lo que estaba sintiendo, era una sensación de calidez al tener a su hija en sus brazos, nunca había sentido algo similar, pero de pronto comenzó a sentir miedo, estaba horrorizada, pensó en lo que había hecho, esa niña ya no era suya, debía dársela a los señores Wagner cuando llegaran por ella, un dolor horrendo atravesó su corazón el pensar que no volvería a ver a su pequeña de nuevo

—No voy a dejar que te separen de mí

Sin hacer ningún ruido regresó a su habitación y comenzó a empacar todas sus cosas, puso a la niña un momento en la cama, se había quedado dormida y ella se vistió, tomó sus maletas y a su hija y sin que nadie la viera salió del hospital apenas hubo salido cuando las alarmas comenzaron a sonar, la habían descubierto y como pudo salió de ahí rápidamente rumbo a su casa

—Debemos irnos de aquí, ya se dieron cuenta que no estás y cuando vean que también falto yo sabrán donde buscarnos y te llevarán con los señores Wagner debemos salir pronto de aquí

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Recordó que Agatha Koch, una de las dueñas de la empresa donde trabajaba acababa de casarse hace una semana y estaba de luna de miel ya que terminando se iría junto con su esposo al lugar donde él vivía, que era Berlín.

Ella sabía en qué hotel y en que habitación estaban ya que ella había hecho las reservaciones

—¿Allegra? — dijo extrañada cuando vio a la muchacha con su bebé en brazos en la puerta de su habitación del hotel— ¿Qué haces aquí a estas horas?

—Siento mucho molestarla, pero no sabía a donde más ir yo— dijo aun afuera

—Pasa, no te quedes ahí— dijo haciéndola pasar rápidamente y cerrando la puerta

Allegra le contó todo a Agatha y a su esposo Denis que se les unió a los pocos minutos que la pelirroja llegó a la habitación y ambos estaban bastante impresionados por lo que les contó Allegra

—Quería pedirte que si me podías hacer una carta de recomendación o algo así para encontrar empleo en otra parte— dijo con la cabeza baja

—Una de las delegaciones de nuestra empresa está en Frankfurt, ve ahí con esto— estaba haciendo una carta y luego se la entregó a la chica— ahí podrás trabajar

—De acuerdo, muchas gracias lamento mucho haberlos molestado— se levantó con su hija en brazos lista para irse, pero Agatha la detuvo

—No puedes irte así son las 6 am— decía preocupada

—Tengo que, no quiero que me encuentren y me quiten a mi bebé

—Nosotros te llevaremos hasta allá— intervino Denis— es muy temprano y por tu cara se ve que no has dormido nada

—No es necesario, de verdad yo puedo irme en autobús— decía apenada

—No aceptamos un no por respuesta— le dijo seria la rubia— Danos unos minutos y nos vamos

Allegra los esperó unos minutos, ya que los Koch estaban aún en pijama y no podían salir así salieron del hotel y se fueron rumbo al auto del matrimonio para irse a Frankfurt.

—No dejaré que te pase nada— le decía a su pequeña hija que dormía

Pronto Allegra se quedó dormida, había sido un día muy lago y agotador, ella y su hija durmieron todo el camino

—Hemos llegado, Allegra— la despertó Agatha

—Gracias— dijo bajándose del auto— ¿Dónde estoy? — dijo al ver que estaban en una casa

—Bueno, mientras dormías me ocupé de buscarte un departamento— le dijo la chica— además fui a la empresa a ubicarte— le sonrió

—Serás la asistente personal de mi hermano Lukas y por el apartamento solo pagarás 200 al mes, con todo incluido— le sonrió— el apartamento es de Marina la novia de mi hermano Flynn, pero ellos viven en Berlín desde mañana empiezas a trabajar, entras a las 8 am y sales a las 4pm y podrás llevar a la niña contigo para que no tengas que dejarla en guardería

—Gracias— dijo intentando contener las lágrimas de lo contenta que estaba— de verdad muchas gracias

—No hay porqué, Allegra— la abrazó— ahora cuídate y cuídala mucho— acarició la cabecita de la niña— nos veremos pronto

—Gracias— dijo despidiéndose de los Nara

Apenas entró fue a acostarse le dio de comer a su hija y mientras ella comía comenzó a hablarle

—Perdóname— por fin lloró— perdóname por no quererte, por todo lo que te decía, prometo que todo será diferente saldremos adelante las dos, ya verás ya veré como le hago

—Oye, pero no te puedo seguir llamando "engendro"— acarició su cabello— tengo que ponerte un nombre uno lindo, que te describa

Se puso a pensar un momento hasta que por fin

—Mirai— dijo con una sonrisa— te llamarás Mirai Zimmermann. Mirai significa "futuro" y mi futuro eres tú— besó su cabeza y ambas se quedaron dormidas

Al día siguiente empezarían su nueva vida junto a su hija.

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Mientras tanto en el hospital de Múnich, los policías habían llegado al hospital y al saber que eran Allegra y su hija quienes habían desaparecido, la ginecóloga, que estaba al tanto de la situación de Allegra llamó a los de asistencia social

Y la de asistencia social llamó a los señores Wagner los tres estaban en el hospital y les informaron de toda la situación

—Se llevaron a nuestra hija, Antón— decía la señora Emma llorando— a nuestra Harumi— era el nombre que pensaban ponerle— se la han llevado

—La buscaremos, cariño y cuando la encontremos se la quitaremos a esa mujer y ella irá a la cárcel ya no tiene ningún derecho sobre ella desde que firmó los papeles del consentimiento de adopción

—Su esposo tiene razón, señora— decía la de asistencia social— Allegra irá a la cárcel por lo que hizo, desde que firmó los papeles de consentimiento de adopción renunció a los derechos como madre

—La encontraremos y ella irá a la cárcel— dijeron ambos Wagner con determinación

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