CAPÍTULO 28: UN AVISO QUE CAMBIA TODO
La niebla envolvía el bosque cercano aquella casa de los Hamptons, difuminando los contornos de los árboles y convirtiendo cada sombra en una amenaza potencial.
Yaroslav ajustó el arma en su cintura con sus ojos escudriñando la propiedad a lo lejos.
Sus hombres, los cuales había llamado Bogdan una hora atrás para que se encontrarán con Yaro allí, ya estaban dispersos entre la maleza, esperando su señal. Cinco minutos más y entrarían, eso había sido la orden.
Cinco minutos más y desgarrarían ese lugar hasta encontrar a la niña.
Hasta que el teléfono vibró en su bolsillo.
Al ver el nombre de Bogdan en la pantalla, una punzada de inquietud lo atravesó.
¿Por qué de repente lo llamaba si él sabía que estaba ocupado?
Dudó en contestar; sin embargo, presintió algo que lo hizo cambiar de parecer.
—¿Qué pasa? —gruñó al responder.
—Yaro, no entren a ese lugar —la voz de su amigo sonaba tensa, casi urgente—. No acaten en casa. La niña no está con él.
El sile